Se facilita esta participación dando al principio la opción a los
profesionales de que ocupen uno de los tres espacios posibles:
Actores principales: son lo que primero se eligen para crear una escena
Actores secundarios: participan una vez seleccionados los primarios
Publico: solo
pueden observar la representación y participar en el eco grupal.
Después de cada escena se les da la opción a los participantes de que
puedan cambiar de lugar si así lo desean.
Durante el caldeamiento se trabaja la creación de escenas, o se proponen
desde la coordinación, también pueden crearse escenas mixtas. Siempre la escena
a representar tiene que ser aceptada por el grupo mediante una votación
sociométrica, de manera que pueda ser considerada un emergente grupal.
La
escena puede tratarse de una historia, una situación o un hecho puntal que
quiere explorarse desde diferentes ángulos, por lo que en una sesión pueden
trabajarse más de una escena.
Los nudos, son momentos en la representación que por indicación de los
actores (se traban, requieren ayuda, se acompañan de una gran significación
afectiva) o del protagonista, presenta una gran condensación de significación y
emocionalidad, dando en algunos casos a la aparición de resistencias o de una catarsis
grupal o individual.
El director puede decidir en trabajar ese nudo mediante diferentes técnicas
creativas (fundamentalmente la multiplicación dramática) o dejarla llegar a su clímax.
Debe recordarse aquí que este no es un espacio terapéutico sino de supervisión
de equipo por lo que son muchas las variables a tomar en cuenta a la hora de
decidir continuar o parar, dado que el objetivo debe ser cuidar a los
profesionales lo cual no implica siempre llevarlos al límite.
Si se decide parar, esto no implica detener la representación sino
continuarla, previa aceptación del protagonista (al que se le pregunta si desea
continuar), sino utilizar el doblaje, el cambio de rol o la multiplicación
dramática para que la escena continúe con otro actor. El protagonista decide si
quiere seguir en la representación, vivirla desde otro rol, o presenciarla en
espejo.
Otra técnica habitual en los nudos son los soliloquios, se detiene la
escena para que el protagonista y los yo auxiliares puedan decir cómo están en
ese momento, también puede darse la opción de probar otras conductas o
intervenciones, incluso jugar con ella.
El juego es una herramienta fundamental en esta técnica ya que nos
encontramos con que los actores son profesionales y directores del recurso, que
además de esta situación puntual de trabajo, conviven y comparten una
multiplicidad de procesos que se desenvuelven en la cotidianeidad del día a día
de trabajo. Es en estos espacios en donde también surgen roces y fricciones
entre los miembros del equipo, algunos de ellos manifiestos, pero una buena
parte latentes, fundamentalmente aquellos que incluyen diferentes estatus
dentro del centro (un educador y un director por ejemplo)
Incluir el juego permite que se exprese entre los miembros del equipo
contenidos que de otra forma no podrían decirse, crear un espacio de juego, de
respeto y de seguridad es fundamental, por lo que suele ser útil aclarar que el
desempeño en el Simulacro no será utilizado para otro tipo de valoración
institucional, como la evaluación por competencias o el feedback anual (que hay
en algunos centros).
Posiblemente
este aspecto lúdico limite la intensidad de la catarsis que provocan las
escenas, pero recordamos que este no es un espacio terapéutico sino de
supervisión de profesionales y esta limitación se compensa por la mejora en el
clima grupal, la confianza y el deseo de trabajar juntos, además de los
beneficios que el entrenamiento de la espontaneidad conlleva a la hora de abordar
situaciones difíciles y complejas.
Limitaciones de esta metodología
Hemos observado que la realización y mantenimiento de la actividad en el
equipo se beneficia de que alguno de los profesionales tenga conocimientos de
psicodrama. Aunque el simulacro puede llevarse a cabo de manera simplificada en
un equipo debidamente preparado y motivado.
La efectividad de la acción depende de la motivación del equipo y la
receptividad de la mayoría a intervenciones de tipo experiencial. Asi como a la
confianza interna en el propio equipo (unidad). Es fundamental también la implicación e los directores en la legitimación
de la actividad, y en la planificación de la misma. El sistema deja expuesto a cada trabajador frente a sus dudas y
limitaciones por lo que puede se vivido con malestar, y convertirse en una
resistencia.
Beneficios manifestados por lo equipos
- Asimilar los protocolos de forma creativa en vez de meramente normativa.
- Aumenta la confianza en el resto del equipo cuando se requiere una intervención coral que incluye a varios miembros del mismo.
- Permite a cada trabajador y a sus compañero, conocer el estilo vincular individual, sus fortalezas y sus limitaciones, y la manera de complementarse de forma eficaz.
- Entrena la espontaneidad, de manera que la respuesta inmediata se vuelve mas eficaz.
- Produce beneficios relacionados con el burn out, por su función catártica y como modo canalizar dificultades con el equipo y la dirección de forma adecuada, de modo que revierta en un aprendizaje grupal.
Los
equipo agradecen la ayuda para trabajar cuestiones “reales” de su práctica,
esta alusión a la realidad entiendo que se relaciona con el aspecto vivencial
dela metodología que permita una representación ”realista” de los sucedido
Es importante que en cada situación cada trabajador intervenga en función
de aquellas habilidades vinculares en los que se haya fuerte y pueda apoyarse
en compañeros en aquellas situaciones que requieren otro tipo de habilidades.
El peligro percibido aumenta en tanto y en cuanto el trabajador debe
exponerse en áreas en las que no está entrenado o tiene dificultades,
aumentando la posibilidad de error y que la situación se desborde produciendo
un perjuicio para todos los implicados.
Un elemento común de las dos escenas iniciales trabajadas (escena 1 y 2) es
que en ambos casos el equipo se anticipó a la violencia, actuando como si la
agresión ya se hubiera consumido antes de que esta tomara forma. En ambos
equipo se produjo la misma ruptura del equipo, perdiéndose la posibilidad de
una respuesta coral a la situación, en general mucho más efectiva. Algunas
reacciones de los miembros del equipo, como huir de la escena, acrecentaron la
sensación de peligro en el equipo que se quedó, y empero las manifestaciones de
violencia del usuario, llegando a concretarse en la escena1 en actos de
agresión directa contra un trabajado y requiriendo en ambos casos la presencia
policial, con los efectos que esto produce a los demás residentes no
implicados, y lo estigmatizador que es para la residencia ante la comunidad de
vecinos.
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