domingo, 7 de febrero de 2016

Supervisión Activa en equipos de atención residencial de Rehabilitación Psicosocial en Salud Mental - PARTE I

PARTE I

A continuación comparto con vosotros una artículo en el que presentamos un trabajo realizado con técnicas activas y psicodramáticas, con un equipo de rehabilitación psicosocial. Como en otras ocasiones para que no sea tan largo, lo he dividido en 3 partes que se publicarán cada lunes de las próximas semanas.
Un saludo a todos



Artículo publicado por la Asociación Española de Psicodrama (AEP), España, 2015. ISBN: 978-84-608-1791-8.

AUTORES: Alejandro Chévez**, Beatriz Horta* y Andrea Montuori**
*Terapeuta Ocupacional de la Mini Residencia de Rehabilitación Psicosocial de Alcobendas
**Coordinadores de la Asociacion de Acompañamiento Terapéutico y Teatro Espontáneo PASOS.

Resumen
Los participantes al taller replicaran la experiencia de simulacros que se trabajó en las supervisiones de las miniresidencias de rehabilitación psicosocial madrileñas, donde se aplicó esta metodología. La supervisión activa consiste en la utilización de técnicas de psicodrama aplicadas a otros ámbitos de intervención, en este caso equipos de rehabilitación psicosocial. Se representará una escena relacionada con el trabajo cotidiano en una miniresidencia de salud mental, para ello se dividirá a través de técnicas de caldeamiento específico e inespecífico se trabajará sobre una escena, surgida en el grupo y una escena real ocurrida en una miniresidencia, propuesta por el director. La dramatización seguirá las mismas pautas que la utilizada en equipos reales. Finalmente se realizará un eco grupal y un debate sobre los efectos (positivos, negativos, contradictorios) que esta metodología produce en los equipos.
Objetivo: que los participantes aprendan la metodología de la supervisión activa en residencias de salud mental y puedan vivenciar los efectos que surgen al trabajar el rol profesional mediante escenas reales o construidas por el equipo.


Introducción
El presente trabajo está basado en el acción que se realizó durante tres meses en dos residencias de atención a personas con enfermedad mental grave y crónica en la Comunidad de Madrid. El trabajo consistió en una serie de “simulacros” dirigido mediante técnicas de psicodrama, referido dos tipos de situaciones: imprevisibles y cotidianas.  Esta intervención se centró en el cambio a tres niveles: Factores Cognitivos (mediante grupos de trabajo y protocolos), Factores Emocionales y Motivacionales (mediante rol playing y dinámicas), y  Factores conductuales u orientados a la acción (mediante la representación de escenas cotidianas y temidas). El resultado fue un aumento de la conciencia individual y grupal de los estilos vinculares, de los límites de la intervención,  que concluyo en una reflexión sobre estilos de intervención institucionalizados de los cuales no se tenía conciencia en el centro.

Contexto de la intervención
La experiencia que se presenta a continuación es el resultado del trabajo por uno de nosotros con dos equipos de mini residencia pertenecientes a la red de rehabilitación psicosocial para personas con enfermedad mental grave y duradera, pertenecientes a la Consejería de Políticas sociales y Familia, Dirección General de Atención a personas con Discapacidad de la Comunidad de Madrid, que supervisaba en ese momento.
  

La demanda de intervención surge directamente de los miembros de los equipo ante dos situaciones de violencia que acontecen en ambas residencias en un periodo de no más de dos semanas. En ambas situaciones los equipos se ven involucrados en situaciones que desbordan el esquema de trabajo, así como los protocolos de acción a disposición para este tipo de eventualidades. El equipo en ambos casos se rompe  y actúa desordenadamente.

Asistimos a la primera miniresidencia al poco tiempo de ocurrida la situación de violencia, en la que un usuario asalta a un educador en la escalera del centro, lo tira al piso y le pega patadas, antes de que llegue la policía y reduzca al agresor.

En esta situación que vamos a denominar Escena 1, participan dos educadores. Junto con ellos se reproduce psicodramaticamente la escena, y se va trabajando paso por paso lo sucedido. Para ello se recurre a técnicas habituales del psicodrama como el soliloquio, el doblaje, el espejo, el cambio de rol y la multiplicación dramática.

Finalizada la dramatización de la Escena 1 los profesionales implicados trasmiten los aspectos positivos y conflictivos de la experiencia, que les ha permitido una mejor comprensión de lo producido, identificar las acciones que se podrían haber realizado de otra manera, e ideas para que no vuelva a suceder una situación similar. A las dos semanas de la intervención ocurre una situación similar con un usuario que mediante la violencia y las amenazas desborda al equipo, que se rompe y actúa desordenadamente, a pesar de disponer, también en este caso de protocolos para este tipo de eventualidades.

Se analiza, que como en el caso anterior, el equipo conocía el protocolo, pero lo repentino de la situación desborda la capacidad  de actuación de este experimentado equipo. Se valora nuevamente una intervención mediante técnicas psicodrámaticas.

En esta ocasión, sumando la experiencia anterior ya obtenida, se propone realizar un grupo de trabajo en el que participarán las directoras de las dos residencias, el personal técnico y los profesionales implicados en ambas situaciones.

El objetivo que se propone el grupo es crear un sistema de Simulacros que permita dotar a los equipos de la experiencia vivencial que les permita actuar, parafraseando a Moreno "de una manera adecuada ante una situación nueva y de una manera creativa ante una situación conocida", es decir, generar en los equipos un sistema de trabajo/entrenamiento que permita tener a los profesionales preparados para actuar de manera organizada y coordinada ante situaciones críticas.

La Escena 2 consiste en que un usuario entra en el despacho de educadores mostrándose agresivo verbalmente con ellos (eran 4), llega a coger una silla amenazando con golpear a uno de ellos. De manera inesperada deja la silla, sale del despacho y aparece con una barra de hierro amenazando con romper los coches dirigiéndose a la salida del centro. Una de las educadoras reacciona interponiéndose entre él y los coches para evitarlo.

Se planifica una acción en dos fases:
1) Revisión de los protocolos, selección por importancia y área de aplicación, mediante un trabajo colectivo de revisión en el que participa todo el equipo.
2) Creación de un sistema de simulacros basado en técnicas psicodramáticas que permita dotar a los equipos d ela experiencia vivencial, al menos dos veces al año para entrenar al equipo en dos tipos de situaciones:
 a) Situaciones puntuales y repentinas (el contenido de estas producciones dramáticas toma la forma de un trabajo de escenas temidas por lo que también se podrían denominar de esta forma)
 b) Situaciones habituales (escenas cotidianas que se ponen en juego en una residencia en donde la relación terapéutica asume diferentes formas y requieren diferentes habilidades para su manejo).

En el presente trabajo nos centraremos en la fase 2: Creación de un sistema de simulacros basado en técnicas psicodramáticas

La sesión dura 2hs pudiendo extenderse media hora más en casos puntuales. En él participan trabajadores que asisten de forma voluntaria, aunque se incentiva la participación en los casos que las resistencias están relacionadas por el miedo a la exposición y a la crítica. La participación en principio es recomendable pero voluntaria.

Las sesiones se han realizado con un máximo de 14 participantes por grupos (en función de la sala y la disponibilidad del equipo) y se divide en las tres etapas habituales: caldeamiento, dramatización y eco grupal.

La construcción de la escena se realiza mediante la metodología del teatro espontáneo

La construcción de escenas comienza siempre por un caldeamiento de los participantes que permite orientar la producción a las escenas de tipo a) o b). Se van introducciones cuestiones relacionadas con situaciones reales y se propone de forma grupal o individual (según la cantidad de asistentes) y si esta va a referirse a situaciones puntuales o habituales.

Un protagonista construye la escena y elige a los actores para que la representen, con la salvedad de que puede incluirse en cada uno de los papeles si así lo desea para explorar los diferentes roles en juego.

Las escenas que suelen ser más viñetas que historias, se representan en primero lugar de corrido para tener una visión general de la narración. A partir de aquí se reproduce recurriendo a técnicas pscodramáticas como el soliloquio, el espejo, el cambio de roles y la multiplicación dramática.

La escena se va deteniendo en situaciones que podrían llamarse nudos por que contienen una gran carga afectiva y de significación. Mientras la escena esta detenida se permite también a  los actores la posibilidad de experimentar ocupar diferentes personajes y probar alternativas de intervención. Es regla del juego que ninguna alternativa se considera mejor o pero sino que sirven al equipo para explorar diferentes opciones, sean estas "realistas" o "fantaseadas", incluso cómicas  (cada alternativa aporta sus beneficios al grupo y a su capacidad de aprendizaje).

En ciertos nudos donde la escena se traba, se interviene mediante multiplicación dramática, cambiando el sentido de la escena y produciendo un efecto creativo en el grupo.

Finalmente mediante un eco grupal, cada participante manifiesta como se ha sentido en los diferentes roles en los que ha participado.

El director (y el observador en caso de haberlo)  hacen un recorte de lo sucedido que puede remitir a una síntesis o a un señalamiento de emergentes a tener en cuenta para seguir trabajando,.

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