viernes, 26 de julio de 2013

Apuntes VIII: Parte 1. Antonio Tarí: Notas sobre el trabajo grupal en los dispositivos de rehabilitación. Antonio Tari


Agradezco la gentileza de Antonio Tarí, Director del Centro de Día de la Romareda, Zaragoza, por permitirme  la posibilidad de brindaros este artículo, a mi parecer, fundamental para comprender algunas de las problemáticas que surgen en el trabajo cotidiano con grupos en el campo de la Rehabilitación.

Este artículo ha sido publicado en la Revista AREA 3.CUADERNOS DE TEMAS GRUPALES E INSTITUCIONALES, Nro.º 8, Verano 2001.



Notas sobre el trabajo grupal en los dispositivos de rehabilitación

Antonio Tarí

“Si quieres construir un barco, no empieces a buscar madera, cortar tablas o distribuir el trabajo, sino que primero has de evocar en los hombres, el anhelo de mar libre y ancho...” (Antoine de Saint-Exupery).

Parte 1
Introducción
En este trabajo utilizo el esquema del cono invertido para reflexionar sobre el acontecer institucional en los dispositivos intermedios de rehabilitación psicosocial y las diversas situaciones grupales que los constituyen. La conceptualización del cono se puede aplicar a la comprensión de cualquier proceso grupal, y es útil más allá de que se trabaje con la técnica operativa. Para disminuir mis exigencias definía este trabajo como una c.o.g. aplicada.

“El esclarecimiento y manejo operativo de los vectores permitirán a la unidad grupal el abordaje de las ansiedades desencadenadas por las situaciones de cambio” (E. Pichon-Rivière). Estas seis constantes son puntos de referencia y guía para establecer hipótesis sobre los obstáculos que se presentan en dicho proceso, contemplados estos desde el lado del paciente, como de la contribución involuntaria de los profesionales.


El proceso corrector (terapéutico-rehabilitador) en los dispositivos intermedios se desarrolla dentro de un gran setting constituido por diversas intervenciones grupales que se insertan en una realidad grupal más amplia constituida por el equipo y las personas que frecuentan el dispositivo.

Es característico en estos dispositivos la existencia de diferentes tipos de intervenciones grupales, que como una caja de herramientas son utilizadas en función de las necesidades, la gravedad psicopatológica y el momento evolutivo del paciente. Se realizan terapias de grupo, intervenciones familiares, pero sobre todo  los llamados grupos de actividad, grupos de mediación, grupos rehabilitadores, laboratorios, grupos que utilizan lo cotidiano como instrumento terapéutico.

Las diversas áreas de actividad que se trabajan en dichos grupos representan diversos aspectos o dimensiones de la persona en relación con la realidad y sirven para promover el desarrollo  de las capacidades relacionales, expresivas, ocupacionales, y de insight del paciente, necesarias para funcionar autónomamente en la comunidad.

Dichos grupos de actividad constituyen el armazón institucional de los dispositivos, siendo frecuentemente los espacios donde más tiempo permanecen los pacientes, donde se da el mayor número de experiencias (las llamadas veintitrés horas restantes) y nos atreveríamos a decir de transferencias, y constituyen un instrumento básico para trabajar los objetivos institucionales.

Los grupos de actividad que se organizan generalmente en torno a la adquisición de competencias y habilidades para la vida cotidiana, han de tener como tarea fundamental la adquisición y el desarrollo de las actitudes básicas necesarias en todo grupo social, “actitudes básicas de todo grupo social le llama Pichon a la pertenencia, cooperación y pertinencia”. Para que estos aprendizajes  formen parte de una adaptación activa a la realidad deberían incluir, como dice García-Badaracco, bocaditos de insight. De ahí que deban ser contemplados también como grupos de sensibilización.

Utilizaremos los vectores del cono no solo como guía de orientación en relación con el proceso corrector sino que también consideramos que los modos de interacción que constituyen los vectores se configurarían como aspectos parciales de la tarea correctora.

El trabajo sobre estas actitudes básicas ha de ser un elemento común en los diferentes encuadres o ámbitos grupales de tratamiento y tienen en sí mismo  una función terapéutica, independientemente de la tipología.

Cada una de las formas de interacción que engloba cada vector se constituye como un objetivo rehabilitador a alcanzar, así podríamos decir que cuando observamos que un psicótico hace aportes a la tarea grupal, empieza a compartir con otros sus experiencias y aprendizajes y competencias, acepta mejor los aportes de los demás, colabora con sus compañeros permitiéndose decir a veces lo que piensa, haciéndose cargo de lo que dice, gran parte de la tarea rehabilitadora ha sido realizada.

El desarrollo y la interiorización de dichas actitudes por los pacientes necesita de un campo de juego, de un contexto, de un clima grupal higienizante, de encuadres que favorezcan dichos modos de conducta grupal. La modificación de la verticalidad pasa por una horizontalidad que no repita la horizontalidad original.



La lectura que voy a realizar del acontecer institucional utilizando la herramienta del cono se basa fundamentalmente en emergentes que surgen en relación con estos grupos de actividad.

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