martes, 9 de noviembre de 2010

CAP. 7. Intervención Temprana y Psicosis: Intervención con familias


Si bien existe una extensa bibliografía en relación a la intervención con familias de personas con esquizofrenia, es muy poca la referida específicamente a familias con un primer episodio o con hijos con UHR/EMAR. A diferencia de las anteriores, familias que llevan historia de relación con la enfermedad, estas requieren un fuerte apoyo psicoeducativo que les permita asimilar la situación de una manera realista y preveer acontecimientos relacionados con la enfermedad.

Addington y colaboradores realizaron una evaluación de su programa sobre 135 familiares que constaba de 4 fases desarrolladas a lo largo de los 3 primeros años de la enfermedad. En España el Consenso sobre Atención Temprana a la Psicosis recomienda la utilización de las directrices planteadas por este equipo.

Fases de intervención familiar:

   1. Manejo de la crisis: Dirigido al enganche y relación de trabajo con la familia, a manejar síntomas y emociones producido durante el episodio agudo, a ofrecer un primer modelo explicativo de la enfermedad y a identificar familias de alto riesgo.

   2. Estabilización inicial y facilitación de la recuperación. Dirigido a evaluar el funcionamiento familiar, a desarrollar la alianza de trabajo, a aumentar el conocimiento sobre la psicosis y sobre el proceso de recuperación.

    3. Consolidar la mejoría. Dirigida a implicar al paciente en la recuperación, a manejar el riesgo de recaída, a ajustar las expectativas y a mantener el bienestar personal.

  4. Recuperación prolongada. Dirigida a cambiar expectativas en recuperaciones incompletas o escasas, a adaptarse a la perdida ya prepara la transición a otros dispositivos.


Tras lo tres años de la aplicación del programa, se observó una reducción significativa del grado de malestar psicológico de las familiar.

El Consenso sobre Atención Temprana también propone para la atención a familia las siguientes recomendaciones:

    - Contacto regular y frecuente con la familia y el usuario que implique la construcción y mantenimiento de una alianza terapéutica.
  
     - Apoyo práctico y emocional para minimizar el impacto de la irrupción de la enfermedad.

     - Mensajes claros y repetidos con regularidad sobre la psicosis y su tratamiento.

     - Educación sobre el papel de la familia en el tratamiento.

En el momento actual, no existe ninguna duda sobre el impacto que supone un trastorno como la esquizofrenia sobre la vida familiar. Ante el inicio de la psicosis, pueden aparecer en el seno de la familia sentimientos de ira, culpa, crítica o sobreprotección. Además, en la mayoría de los casos el paciente suele continuar viviendo en el seno familiar o mantener altos niveles de contacto con la familia, lo que pude agravar o provocar ciertos conflictos (Flortit A., 2009). Por esta razón, suele recomendarse técnicas de intervención que incluyan la atenuación de los niveles de EE, y terapias de apoyo socio comunitario para el manejo de conflictos y resolución de conflictos.

Según la Guía de Práctica Clínica sobre la Esquizofrenia y el Trastorno Psicótico Incipiente, la intervención familiar debe contener los siguientes objetivos:

    - Construir una alianza con los familiares.

    - Proporcionar información sobre el trastorno.

    - Orientar sobre los problemas de conducta y conflictos relacionales.

    - Asesorar en la gestión del estrés familiar.

    - Reducir la atmósfera familiar adversa.

    - Mejorar la comunicación familiar.

    - Potenciar la capacidad de los familiares para la anticipación y resolución de los problemas

    - Reducir las expresiones de angustia y culpa dentro de la familia.

    - Mantener unas expectativas razonables para el funcionamiento del paciente.

   - Ayudar a los familiares a mantener unos límites apropiados, así como una distancia adecuada cuando sea necesario.

    - Conseguir cambios deseados en el comportamiento de los familiares y en su siste¬ma de creencias.


De los trabajos más recientes, destaca una RSEC donde se revisaron 43 estudios (4.124 pacientes) que incluían todos los ensayos controlados y aleatorizados o cuasialeatorizados (Pharoah F., Mari J, Rathbone J., Wong W., 2007). Los estudios comparaban atención estándar con intervención familiar (IF) (cualquier intervención psicosocial con familiares de pacientes con esquizofrenia que requirió más de cinco sesiones), Los resultados fueron que la IF reducía el número de recaídas y de ingresos hospitalarios, y mejoraba el cumplimiento del tratamiento. No se encontraron diferencias significativas entre diferentes tipos de terapia (Guía de Práctica Clínica sobre la Esquizofrenia y el Trastorno Psicótico Incipiente, 2009).

Por otra parte, y junto con el impacto emocional, la irrupción de la psicosis en la familia también representa un golpe para su economía, pues, además de un aumento de gastos, disminuye la entrada de dinero (bajas laborales, en el caso de empleados en relación de dependencia, menos días de actividad y pérdida de eficiencia, en el caso de autónomos). Es por esta razón que la intervención con la familia debe contemplar además de un apoyo emocional, educativo e informativo, un apoyo económico. Bertolote y McGorry (Bertolote, J., McGorry, P.,2005) destacan la necesidad de maximizar el funcionamiento adaptativo de la familia a la vez que se minimiza la disrupción familiar causada por el episodio psicótico.

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