martes, 3 de junio de 2008

¨El Ruido de fondo de las incertidumbres¨


¨El Ruido de fondo de las incertidumbres¨

...o un lejano acercamiento a ¨La instancia de la Letra¨ de Jaques Lacan
por
Alejandro Chevez 04/06/03

¨La escritura es un trabajo. Tiene materia prima, instrumentos y productos¨


[1] escribe Menassa. Pienso al trabajo como la medida del sujeto, ya que es en tanto que se pone manos a la obra, es decir, que se hace acto, que aparece en la escritura como acta. Escritura como producción, como materialidad del deseo que adquiere de ella su historia, digo, la historia de su recorrido.

La letra: ¨..soporte material que el discurso concreto toma del lenguaje¨ aporta la materia prima que pone en juego la relación original del significante con el trabajo, es decir el discurrir del sujeto hacia otro significante, porque el significante anticipa siempre su sentido. Pero es una anticipación inmediata e irreflexiva ya que llega antes que su sentido, antes de que uno pueda decir –es aquí donde soy. ¨Es en la cadena del Significante donde el sentido insiste, pero que ninguno de los elementos de la cadena consiste en la significación de la que es capaz en el momento mismo¨(p.482)

Puede decirse que el sujeto tiene un lugar, el lenguaje, pero es ¨inapresable¨ por su carácter inconsciente, atrapar al sujeto es imposible, solo nos queda sus huellas, y la opción de ser responsables de nuestros actos, Lacan propone la frase ¨...pienso donde no soy, luego soy donde no pienso¨ (p.498), toda la estructura en sincronía se juega en un momento, y en el tiempo de jugarse se transforma y se pierde para siempre, o si no se transforma y se repite para siempre, en la neurosis.

El Ser en su falta de ser es infinitamente presente, es hic et nunc (aquí y ahora), con el sujeto acompañándolo al compás, surcando su vacío, condenado a no ser en los labios del que habla sino en la pluma del que escribe.

¨se trata aquí de ese ser que no aparece sino durante el instante de un relámpago en el vacío del verbo ser, ¿qué quiere decir eso?. No la plantea ante el sujeto, puesto que el sujeto no puede venir al lugar de donde la plantea, sino que la plantea en el lugar del sujeto, es decir que en ese lugar plantea la cuestión con el sujeto, como se plantea un problema con una pluma y como el hombre antiguo pensaba con su alma¨p.500

Pensamos con el sujeto, pensar nunca es una tarea solitaria. Foucault escribe ¨lo que cuenta de los hombres no es tanto lo que han pensado, sino lo no-pensado¨
[2]. Cabría agregar que lo que cuenta es ello que los ha pensado allí donde crían que pensaban.

Aquello los pensaba en el lugar desde donde creían que pensaban, y digo más ese lugar no es el yo, sino el Otro, con mayúscula, ya que ¨el sujeto cuando nos toma por otro, nos sitúa a nivel del Otro¨
[3], el Otro como lugar del significante. Esa metonimia que es el yo es un pobre que siempre llega tarde a la frase, llega cuando ya esta todo dicho. Al decir yo pienso, yo miento, ya que no es con el yo con que se piensa sino con el sujeto, el yo viene luego a desmentir, a sustituir, censurar o transformar lo que pienso con el sujeto. Cuando el yo esta en armonía con sus objetos, cuando esta –todo claro, funciona como obstáculo epistemológico. Es en el fallido cuando encontramos algo de la dimensión de la verdad, ya tiene por función ubicar al sujeto en relación al deseo, es decir, la forma en que éste se articula en la demanda.

¿Y que hay del cuerpo?, el cuerpo esta perdido para la naturaleza desde la inscripción del primer significante, que a modo de trazo instaura la primera diferencia, y a la vez aquello que tiene en común todo significante. A partir de allí es un cuerpo perdido para la naturaleza pero ganado para la comunidad, es un cuerpo de lenguaje, sujeto a su ley, será una fuente perdida en el paraíso, sujeto a metáfora y metonimia, y el lenguaje, único medio para su búsqueda, no tiene acceso a él en tanto real, en tanto superficie externa interna, ya que no hay un significante que represente a un sujeto, más que para otro significante, es decir, que no hay significante que pueda significarse a si mismo.

El sujeto adquiere materialidad a través de la escritura, escritura entendida como trabajo, en tanto circulación y transformación, en tanto repetición del encuentro imposible con lo real. ¿Qué hay de real en la escritura?.








[1] Menassa ¨Freud y Lacan hablados I¨, Ed Grupo Cero.
[2] Michel Foucault, ¨El Nacimiento de la Clínica, un arqueología de la mirada médica¨, Ed.Siglo XXI, p.15.
[3] Menassa – Diez Cuesta, ¨la identificación en psicoanálisis¨, Ed.Grupo Cero, 2002, p.23.

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