martes, 16 de febrero de 2010

Acompañamiento Terapéutico. Una Clínica del Detalle.


Trascripción completa de la primera sesión del Curso de Acompañamiento Terapéutico realizado en la Clínica San Miguel en la Comunidad de Madrid los dias 9-14 de febrero de 2010

Alejandro Chévez Mandestein

“Pertenecemos a ciertos dispositivos y obramos en ellos. La novedad de unos dispositivos respecto de los anteriores el lo que llamamos su ac¬tualidad, nuestra actualidad. Lo nuevo es lo actual. Lo actual no es que somos sino que es más bien lo que vamos siendo, lo que llegamos a ser, es decir, lo otro, nuestra diferente evolución. En todo dispositivo hay que distinguir lo que somos: lo que ya no somos, y lo que estamos siendo: la parte de la historia y la parte dé lo actual”, Gilles Deleuze, “¿Qué es un dispositivo?”.

Presentación

Es honor estar aquí, en una casa donde he tenido la oportunidad de compartir la experiencia de trabajar juntos, quiero agradecer especialmente a María Jañez por haber presentado mi trabajo y al Dr. Francisco del Olmo Romero-Nieva por haber confiado en nosotros.

Mi nombre es Alejandro Chevez soy psicólogo y psicoanalista, trabajo en Madrid desde hace 8 años en el campo socio-comunitario desde la formación y supervisión de equipos de acompañamiento terapéutico, y desde hace dos años en el Equipo de Apoyo Social Comunitario de Tetuán que pertenece a la Concejería de Familia y Asuntos Sociales.

Aclaración:

Me tomo un minuto para comentarles algunas cuestiones previas que inciden en la exposición de este curso.

La primera cuestión, es mi intención de trasmitir de la manera mas concreta y practica la experiencia del acompañamiento terapéutico en dos horas siendo que hasta el momento nunca lo he hecho en menos de diez. Por esta razón he decidido dejar fuera los siguientes puntos:

- Fundamentos teóricos de acompañamiento terapéutico (psicoanalíticos y de la psicología social y sistémica).

- Todo lo que refiere al marco institucional, la estrategia de intervención institucional, y el lugar inter-institucional del acompañamiento, un concepto desarrollado fundamentalmente por mi grupo.

- La intervención familiar y los riesgos y oportunidades que aporta este tipo de intervención.

- Todo lo referido a coordinación y supervisión de equipos de acompañantes terapéuticos, y la forma de constituir un dispositivo adecuado para contenerlos. Esto último fue aparatado ya que el presente curso esta mas enfocado a aportar alguna idea a profesionales que ya están realizando acompañamientos y su objetivo es sólo el de aportar nuevas ideas para los mismos.

Observarán que si bien hay mucho escrito en torno al tema hay muy poca bibliografía disponible, por lo que para completar la presentación (y por mi propia obsesividad) he decidido aportar algunos escritos, producidos en estos años por mi equipo que, como verán se repiten y otros tienen contradicciones por la sencilla razón, de que los conceptos allí presentados se han ido desarrollando y modificando con aportes de de la experiencia y el contacto con otros profesionales del campo. 


Historia:

El acompañamiento terapéutico surge hace 40 años, alrededor del año 67º, en Buenos Aires por medio del equipo del Dr. Kalina con el fin de abarcar aquellos espacios, que hoy denominamos “lo cotidiano”, en pacientes graves que requerían una atención continuada, pero tenían una autonomía suficiente como para permanecer en sus casas.

De los efectos de esas primeras experiencias se constituye lo que se llamó “amigo calificado” y que luego recibiría el nombre de “acompañamiento terapéutico” (a partir de ahora AT). Desde el principio lo que resonó en aquél equipo es el vínculo. La importancia del vínculo muy destacada en esta época por autores como Pichón-Riviere y José Bleger, marcaría desde su inicio el destino de este dispositivo.

Treinta años después y miles de acompañamientos realizados el acompañamiento terapéutico hoy por hoy tiene su presencia en varias Universidades de Latinoamérica (Argentina, Brasil, México, las mas destacadas) y ocupan un lugar como representación social en la comunidad.

Hace poco una AT con la que colaboro me contaba que saliendo de una cafetería el camarero le pregunto si era acompañante terapéutico, y ella preguntó porque, él respondió simplemente “es que tu estabas callada y solo hablaba el chico cuando me pedían las cosas, y se ve que es un poco rarito”. Ésta manera de estar “callado”, mientras el otro (“el rarito”), se convertirá en una seña del trabajo del acompañamiento, habilitar una ausencia, es decir, habilitar la palabra. Volveré sobre esto.

En España la historia del acompañamiento terapéutico se puede decir que surgió en la década de los ochenta en donde dos grupos de formación psicoanalítica comienzan a trabajar con equipos de ATs.

En el año 2004 mi equipo realiza un acuerdo de colaboración con la Agencia Antidroga para la creación del primer “Servicio de Acompañamiento Terapéutico”, con lo cual el trabajo realizado hasta el momento adquiere legitimidad institucional.

En el año 2005 se dan dos cursos oficiales de acompañamiento terapéutico, el mío organizado por la Consejería de Sanidad y Consumo, y el de Leonel Dozza al año siguiente por la Consejería de Familia y Asuntos Sociales, con quien colabora actualmente incorporando conceptos de acompañamiento terapéutico en la formación de jóvenes profesionales de rehabilitación psicosocial.

En el año 2006 junto con el Colegio de Psicólogos organizo el primer curso de esa casa basado en el Acompañamiento Terapéutico, y tres años después se aprueba en el Colegio de Psicólogos un articulo relacionado con el acompañamiento terapéutico, que es el que tienen en sus manos. Un pequeño paso para el hombre, pero una gran alegría para los que durante muchos años luchamos por el reconocimiento de este dispositivo.


Yendo al punto

Ahora, se preguntaran ¿Qué es el acompañamiento terapéutico?.

Responder a esta pregunta en la actualidad implica diferenciar dos líneas que, si bien son convergentes conceptualmente son contradictorias en su puesta en acto: AT como disciplina y AT como dispositivo.

La evolución del acompañamiento terapéutico, ha llevado al intento de agrupar la metodología del acompañamiento terapéutico en una disciplina, y a través de esta síntesis conseguir la legitimación legal dentro del espectro disciplinario de las profesiones de la salud.

Este desarrollo institucional, fundamentado más en su crecimiento práctico que en su desarrollo conceptual, nos obliga a especificar esta diferenciación.


Acompañamiento como disciplina

El acompañamiento terapéutico como disciplina esta legitimado en varios países desde el ámbito institucional (hospitales estatales) y académico (universidades estatales). En España, oblgados por la necesidad de trasmitir una idea concreta  a las instituciones con las que trabajamos, nos hemos visto en la obligación de crear una definición concreta de lo que es un Servicio de Acompañamiento Terapéutico público, definición que pretende ser abarcativa pero no deja de aportar cuestiones al tema que estamos tratando. He definido el Servicio de Acompañamiento Terapéutico como: "un servicio de baja exigencia, no directivo que desde una perspectiva clínica y socio-comunitaria brinda atención y apoyo a familiares y usuarios ambulatorios, o con internación domiciliaria, en espacios públicos o en el domicilio del usuario en clave de acompañamientos individuales y grupales, promoviendo un vínculo terapéutico basado en la participación y la autonomía del usuario en la toma de decisiones acerca de su tratamiento, sea éste en el ámbito de la prevención, la asistencia o la reinserción".

El acompañamiento terapéutico como disciplina estaría llevado a cabo por un profesional llamado “Acompañante Terapéutico”, que ha sido formado específicamente para cumplir esta función. Buscando algún parecido de esta función en España, encontramos la figura del Educador y de los Monitores de Ocio y tiempo libre ocupando un espacio similar, el comunitario, aunque la metodología es muy diferente. Mientras que educadores y monitores inscriben su práctica en una línea eminentemente “pedagogicista” , el acompañamiento terapéutico sigue una línea “psicoterapista” eminentemente clínica, aunque no seria extraño en un futuro pensar en acompañantes que asumieran una línea más psicoeducativa.


Acompañamiento como dispositivo

En Argentina cuando hablamos de acompañamiento terapéutico solemos referirnos a él con el concepto de dispositivo. Se habla entonces de “dispositivo de acompañamiento terapéutico”, y esto no es por casualidad. El concepto de dispositivo fue elaborado primero por Foucault y luego por Deleuze en el texto donde analiza la obra del filósofo.

Un dispositivo es el ovillo resultante de un conjunto multilineal y bi-dimensional, compuesto por curvas de visibilidad y de enunciación que a su vez se relacionan con líneas de fuerza que las atraviesan y modifican continuamente. Establece (crea) una realidad compleja y móvil, irreductible al marco de una disciplina, y resalta los aspectos de multiplicidad, actualidad, singularidad, continuidad y discreción que caracterizan al acompañamiento terapéutico, como dice Foucault un dispositivo es una “máquina para hacer ver y para hacer hablar” .

Pero ¿qué es lo que se ve y a quien hace hablar el acompañamiento terapéutico?. En primer lugar aparecen las relaciones de poder en juego entre el paciente y su contexto. En segundo se hace visible la soledad de la repetición en la enfermedad mental y las dificultades de su estandarización. En tercer lugar se observa el efecto dañino del discurso de la urgencia cuando recae en los pacientes.

De aquí se desprenden varias conclusiones:

- El acompañamiento terapéutico no es algo que se es (acompañante terapéutico), sino algo que se hace entre dos.

- El acompañamiento como dispositivo no se reduce a una sola disciplina.

- Requiere un contacto regular e individual con el paciente.

- El acompañante terapéutico es una barrera ante el discurso de la urgencia e instaura el tiempo de la espera.



Aspectos metodológicos

1º Aspecto metodológico

Siempre que se quiera iniciar un trabajo desde esta perspectiva, el profesional debe poder establecer los fundamentos básicos para determinar qué es lo que puede aprender del paciente. Este ejercicio tiene como fin desobjetivizar al paciente de su lugar de enfermo. El foco pasa al vínculo que necesariamente adquirirá un matiz de falsa simetría, ya que nunca dejan de estar presentes los elementos de poder que constituyen la relación y constantemente sus límites serán puestos a prueba por la relación.

Ese espacio “como si” (fuéramos iguales) tiene por objetivo crear un vínculo positivo y de confianza. Este vínculo será nuestro espacio de trabajo. Sin vínculo no hay acompañamiento terapéutico, con lo cual el espacio del acompañamiento terapéutico presenta una topología diferencial, es un espacio entre dos, no es externo ni interno, no es objetivo ni subjetivo, sino que el es resultado de una relación a lo alargo del tiempo. Para definir el espacio del acompañamiento terapéutico usamos el nombre de transicional, concepto propuesto por Winnicott (en Winnicott, “Realidad y Juego”, 1971, y otros textos), para explicar el grado de extimidad (extraña intimidad) que caracteriza el vínculo entre paciente y acompañante, que en muchas ocasiones suele asemejarse al de amistad. Puede decirse que entre ambos, si bien no son amigos, se genera una relación de amistad y esto no es perjudicial ni para la relación ni para el tratamiento.

2º Aspecto metodológico

El acompañamiento terapéutico se inscribe dentro de lo que podría llamarse “metodología de lo cotidiano”, esta plantea que debe preservarse el “hábitat natural” del paciente, esto incluye mantener sus rutinas, lugares habituales, costumbres y relaciones, intentando no romper la continuidad de su vida cotidiana con elementos artificiales o “terapéuticos”, como instrumentos de medición (test, cuestionarios, etc.) como asumiendo “posturas” o exigiendo “formalismos” ajenos al ámbito comunitario. Esto requiere del profesional una verdadera transformación, tanto estética como postural.

Vale aclarar que esta metodología solo es obligatoria durante el ámbito del acompañamiento, y no se generaliza a otros espacios y momentos en los que el paciente pueda encontrarse con el profesional como el hospital.

3º Aspecto metodológico

El acompañamiento terapéutico instaura un nuevo tiempo, un tiempo en el que no debe penetrar el discurso de la urgencia. Acompañar no es empujar sino más bien esperar. La preocupación del acompañante estará menos centrada en como motivar al paciente, que en como soportar la repetición. El trabajo del acompañante ocupa un lugar “entre” el paciente y su contexto, la función del acompañante es utilizar todas su habilidades para intentar preservar este lugar de las urgencias de las instituciones (familia, instituciones de salud, comunidad). Su trabajo se verá facilitado su para ello dispone de una estructura minima conformada por un equipo de acompañantes, un coordinador y un supervisor, que lo apoyen y ayuden a sostener el lugar.


Aspectos técnicos

1º Aspecto Técnico
Sostén o holding

La función del holding es dar continuad y consistencia a una experiencia. Por ejemplo enlazando vivencias que son vividas como desintegradas o inconexas entre sí. Para ello es necesario que el at sea capaz de aportar una presencia, no sólo física sino mas bien afectiva, que de la seguridad al sujeto para que pueda construir una historia y asignar un sentido a sus vivencias.

Ej. 1.

Un usuario de 38 años que vivía con la madre, cuando se angustiaba, tenia la reacción automática de gritar a su madre que le trajera algo que sentía que “tenia poco”. Gritaba “vete a comprar tabaco” y no importaba que sobre la mesa tuviera 14 cajetillas de tabaco abiertas, él quería otra y la madre debía ir a comprársela. Un mecanismo sencillo, similar al llanto de demanda del bebé, con la diferencia de que por su tamaño y postura asustaba a su madre, quien cuando la situación se volvía extrema decidía llamar al Samur. Cuando esto sucedía lo visitábamos donde estuviera ingresado, situación que él aceptaba de forma curiosamente rápida pero que nunca conectaba con lo que había sucedido en la casa.

Nuestra función fue entonces, unir el periodo anterior al actual, intentando poder completar la discontinuidad que se producía en su vida cotidiana cada vez que era ingresado.

El patrón conductual con su madre era tan regular que incluso podíamos preveer los ingresos. Al principio intentamos evitarlo, pero al ser tan cerrado el ciclo pasamos a “preparar” al usuario para el ingreso, así como a “prepararlo” para el regreso a su casa. De manera que, si bien no se pudieron evitar los ingresos (sí retrazarlos y ampliar en el tiempo los períodos en su casa), estos dejaron de ser un corte en su historia para pasar a ser momentos de un ciclo (ingreso-casa-ingreso-casa) en el que pudo comenzar a cuestionarse porqué se producían, y cual era su parte de responsabilidad en lo ocurrido.


2º Aspecto técnico
Sostener una espera

Como en el ejemplo anterior vemos que siempre hay algo que falta, que funda el deseo, pero que en la psicosis se intenta recuperar por diferentes vías: la del acto (actos compulsivos, adicciones, etc.), la vía de la demanda masiva (relaciones de dependencia, o cargadas violencia) y la vía del delirio.

En la manera de lidiar con esta falta es lo que diferencia fundamentalmente la labor del at con cualquier otro tipo de intervención.

Las intervenciones habituales, igualmente útiles, son:
La medicación: que intenta disminuir la incidencia de los factores biológicos que actúan en la producción de la angustia.
El consejo: se trasmiten al sujeto diferentes técnicas para que él pueda “hacer” algo con su angustia y de alguna manera “controlar” su producción. Otra variante es el intento de racionalizar la situación irracional que vive el sujeto buscando “respuestas” que mitiguen la angustia que lo afecta.

Todos habremos sentido alguna vez la necesidad de intervenir “haciendo algo” cuando alguien nos trasmite una situación angustiosa, otra variante de esta situación que se da en pacientes delirantes es que el sujeto se da cuenta de las consecuencias de sus actos (que el profesional percibe claramente) y se ve una y otra vez compelido a repetir una situación como la que observamos en el ejemplo anterior. En este caso la angustia queda del lado del profesional, que debe evitar que el paciente tome una decisión equivocada..

“Sostener una espera”, significa sostener, con el cuerpo del at, la espera de aquello que falta y angustia al sujeto.

Cuando hay tendencia al acto, a través de la contención (física y verbal), evitando la irrupción automática.

Cuando hay una demanda masiva: sosteniendo la demanda (no rechazándola o censurándola). Aquí el trabajo consiste en promover la instauración de la función de discriminación, ayudando al sujeto a convertir esa demanda especular en varias o que incluya a más personas. Esto se llama “derivación de la demanda” y supone la necesidad de romper la relación especular con el sujeto, donde impera la indiferenciación yo-otro de tipo narcisista por otra objetal, donde el sujeto sea uno entre otros. Esta derivación debe ser cuidadosa y se asemeja mucho a la función de “destete”, que forma parte del holding que ya explique más arriba.

Ej2.

Con un paciente esquizofrénico no medicado, dado que se negaba a salir de su casa (y de su mundo delirante) el acompañante paso a ser “el único ser vivo sobre la tierra”, los demás eran “vivos.muertos”, según sus términos. El paciente llamaba varias veces al día y demandaba una presencia constante. Se procedió a ingresarlo en varias ocasiones pero cada vez que volvía se reestablecía esta pauta. Se trabajaron los ingresos con la técnica anterior, holding, creando una continuidad entre ingresos y egresos, pero al mismo tiempo se fueron incorporando más personas en las visitas. El at pasó a ser “el secretario” del paciente, y los demás “viñetas” del mismo”. El tratamiento duró tres años hasta que se pudieron establecer nuevas pautas que no contemplaran el ingreso.

Cuando hay presencia de alucinaciones o delirios. La actuación del at frente a estos síntomas va a estar determinada por la comprensión que se tenga de los mismos. Partimos de que la producción delirante es un mecanismo de defensa que protege al sujeto de una vivencia de ruptura y de la irrupción de un estado caótico mayor como puede ser la producción alucinatoria.

El deliro es, por lo tanto, el intento de restituir un sentido perdido o construir uno donde nunca lo hubo. La producción delirante es siempre convergente con los deseos inconscientes del sujeto, aunque estos puedan ser contradictorios u opuestos a la voluntad del paciente.

La posición del at será la de sostener esta producción, lo que no es lo mismo que estimular sus contenidos. La técnica utilizada aquí, es la de la escucha selectiva, que consiste en prestar atención y participar en las cuestiones relacionadas con los contenidos delirantes que favorezcan el funcionamiento del paciente en su contexto, y obviar todos aquellos que lo perjudiquen.

Se trata de movilizar el interés del usuario a hacia nuestro interés. El at con el tiempo es nombrado secretario por el paciente y le impele a escribir todas sus aventuras en su presencia, con el tiempo esta actividad comienza a ser compartida para luego ser llevada en solitario por el paciente. Dos años después esta actividad podía realizarse en bares y confiterías de la zona.


3º Aspecto técnico.
El manejo corporal o handling

El at dispone de tres herramientas principales: la palabra, la mirada y el cuerpo.

La relación se construye dentro de un marco discursivo, crea una historia, y ubica a los personajes dentro de la escena otorgándoles un guión que se irá modificando en la medida que la relación avance. Si el pensamiento esta constituido de palabras, el edificio que habita el acompañamiento esta compuesto también de palabras.

La mirada es un elemento constitutivo del desarrollo humano, mucho antes de disponer de la capacidad de diferenciar los objetos de su fondo, en niño ya es capaz de seguir con su mirada los ojos de sus cuidadores. Podría decirse incluso que el primer otro es un ojo, y que a partir de allí se construye la alteridad. “una mirada es mas que mil palabras” decía un paciente con el que trabajé hace unos años, y el juego de mirar o retirar la mirada es una herramienta potentísima a la hora de trabajar con pacientes con enfermedad mental.

A diferencia de la palabra y la mirada, participes de toda relación social y terapéutica, podemos decir que ante todo el acompañamiento terapéutico es una experiencia corporal. Aquí es fundamental saber “poner el cuerpo”, el cuerpo que acompaña, que aporta sensaciones en forma de abrazos y besos pero que también asume riesgos, por ejemplo al entrar en la casa de un paciente al que no conocemos.

Ej3.:

Esta experiencia pertenece al EASC de Tetuán donde también utilizamos estrategias del acompañamiento terapéutico.

Se tata de un usuario de 48 años en tratamiento en el CSM y en CD desde hace ocho años, el diagnóstico es Trastorno dependiente de la personalidad, y sus síntomas mas significativos son las inhibiciones y los rituales obsesivos. El tema al que se le dedica mas tiempo en las coordinaciones es la higiene del usuario. Este no se baña, no dispone de ducha en la casa, pero tampoco lo hace en el CD, ni en baños públicos, también engaña a quienes pretenden supervisarlo y destaca su efectividad para aparentar hacer lo que se le pide, a saber, que se bañe.

Lo curioso de la situación es que si bien su apariencia denota suciedad (caspa en los hombros, cabello duro y grasoso, y sobre todo un fuerte olor), el no percibe que este mal presentado, dice incluso no sentir el olor que emana de él, lo cual en algún momento nos hizo pensar en un trastorno del sentido del olfato. No había tal.

Después de 8 años de contratos, acuerdos y pactos (incluso firmados por él), el usuario seguía sin bañarse. Se lo daba por perdido.

El equipo intervino de la siguiente forma: durante los primeros meses se trabajo creando un vínculo positivo y de confianza, se obvió engaños y estratagemas relacionadas con las consignas que él mismo pautaba con CSM, para no quedar atrapados en esa pauta, y trabajamos con él como si no oliera mal.

Implementamos tres estrategias principales para trabajar la ropa y el aseo. Primero, en cuanto a la ropa, nos propusimos como modelo y procuramos nosotros ir bien vestidos a los encuentros, remarcando el placer que producía utilizar ropa limpia o nueva, él mismo nos elogiaba la manera de ir vestidos. Segundo en cuanto al aseo, la intervención más difícil, actuamos en espejo, esto consistió en estar cerca de él, saludarlo, besarlo y abrazarlo de una forma normal como si no tuviera ningún olor. La tercera estrategia fue en la medida que él fue cambiando sus hábitos marcar si el percibía alguna diferencia en el trato de la gente cuando iba limpio que cuando iba sucio. Llegado el momento el pudo decir “la gente se apartaba de mi”.

Hay veces en que el acompañamiento terapéutico conlleva la necesidad de asumir algunos riesgos, con lo cual es necesario siempre conocer los propios límites y contar con un back up que puede ser un coordinador o un equipo de trabajo, que nos ayude a preservar estos límites, que a veces por la presión que supone algunas situaciones, solemos dejar de lado poniéndonos en riesgo tanto físico como psíquico.


4º Aspecto Técnico
“Ser” o “hacer”, este es el dilema


Me parece que el sentimiento mas característico del profesional que esta formando parte de un acompañamiento terapéutico es el de que “no esta haciendo nada”, esta sensación de “no hacer nada”, es muy interesante porque en primer lugar, no contempla la importancia de lo que se esta haciendo, por ejemplo, visitas, diálogos sobre temas cotidianos y, a veces, incluso acompañar el silencio y el tedio de las rutinas del usuario. Pareciera como si el profesional siempre debiera estar “haciendo algo”, AVDs, programas cognitivos, técnicas de rehabilitación, etc., y si revisan en la propia experiencia veréis que uno trabaja mucho mas tranquilo cuando “esta haciendo” cosas “por el bien” del paciente que cuando lo hace sin este sentido.

Como veréis a veces “no hacer” es mucho mas difícil que actuar, no me refiero a situaciones críticas en los que se necesita la presencia del acompañante e incluso la necesidad de tomar decisiones. Sin embargo, aunque estas situaciones son las menos frecuentes, el profesional siempre siente el ímpetu de actuar.

A esta tensión Freud la llamó furor curandis, y consiste en el deseo de solucionar una situación apaciguando la angustia de paciente y la propia, los beneficios son palpables en el trabajador y consisten en la sensación de “haber hecho bien” o “lo que se puede”, reforzando su lugar como profesional (“su ser profesional”), lo cual, también da sentido a la razón de estar en un ambiente tan poco saludable como el de la enfermedad mental o la “enfermedad invisible” como decía un paciente. Por otra parte se aumenta la distancia con la situación sufriente del enfermo, distinguiéndose el curador del curado. Terminar con la situación angustiante libera al profesional del dolor que le produce estar en presencia del desamparo y del sufrimiento del enfermo, dolor muy bien encubierto en muchas ocasiones, incluso al punto de no llegar a ser conciente.


En una relación entre dos, el sufrimiento también es entre dos, y el profesional esta expuesto a ese dolor constantemente, el cual se traduce en impotencia o bien a reforzar “el discurso de la urgencia”, que ya esta presente tanto en el paciente como en su contexto. Así es que, para nosotros, se vuelve urgente “hacer” determinadas cosas para el usuario, luego vemos que si eso no se hace tampoco las consecuencias eran tan nefastas.

Para el acompañante “el acompañar” es el primer objetivo, dentro de este “acompañar” se introducen las técnicas descritas. Acompañar significa compartir (del griego cum panis compartir el pan), se comparten las situaciones felices como las angustiantes, por eso aquí lo importante es “estar-ahí-junto-con-el-paciente” sin interrumpir, ni interpretar la situación, como dice el dicho popular “el que calla otorga” y lo que se le otorga aquí a quien padece, es la posibilidad de, a través de la figura del acompañante, apropiarse de sus sentimientos, vivencias y de las consecuencias de las mismas.

De lo que se trata entonces es analizar “qué es lo que se esta haciendo”, las pequeñas cosas, y sistematizarlas, convertirlas en material de intercambio, un saludo con abrazo, un café en el bar, mirar la televisión, detalles que al parecer no son intervenciones concretas, pero que una vez sistematizadas se convierten en tales, intervenciones que se caracterizan por mimetizarse con lo cotidiano y que por ser “normales” les restamos valor.

Un acompañamiento terapéutico esta hecho de detalles: una mirada, caminar al lado o delante, abrir la puerta primero, las intervenciones son quirúrgicas pero solo si el profesional es capaz de dar cuenta de ellas.

Ej.4

Se tata de una paciente de 21 años con graves intentos de suicidio, el riesgo era tal que se determina un acompañamiento “cuerpo a cuerpo” de 24hs. Esto significa que siempre el paciente debe estar a la vista del acompañante. Entre las consignas pautadas ella debía dormir con las muñecas a la vista por el riesgo a que intentarse cortarse las venas utilizando las uñas, al parecer ya había antecedentes de esto. Este acompañamiento se caracterizaba por la repetición de escenas de posible riesgo y amenazas que la paciente realizaba adrede, provocando bastante angustia y contradicciones en el equipo a la hora de decidir como actuar frente a estas situaciones. A estas alturas uno de lo acompañantes había decidido leerle cuentos por la noche. Durante la noche no se producían esas actuaciones. Por la mañana otra acompañante la despertaba con dos besos, solo se producían las actuaciones cuando la despertaba otro acompañante que no estaba al tanto de este detalle. Con el tiempo el equipo fue dándose cuenta de este “código de detalles”, las amenazas dejaron de producirse. Se valoró disminuir la pauta de riesgo. La paciente empezó a retomar actividades de su vida cotidiana, hasta que los padres decidieron cambiarla de centro. Durante el tiempo posterior a su salida del recurso, el equipo recibió correos de la paciente, recordando cada uno de los detalles registrados por el equipo, e incluso algunos de los que no nos habíamos dado cuenta.

11 comentarios:

Psic. Liliana Cruz Figueroa dijo...

Bastante interesante las experiencias que relata.

Alejandro dijo...

Muchas gracias por comentario

Unknown dijo...

Hola Alejandro! Escribo desde Argentina.
Estoy terminando la tecnicatura de acompañamiento terapéutico en una universidad publica.
Lugar donde trabajamos dentro del marco teórico con varios escritos tuyos!
Estoy en el tramo final, produciendo una tesina sobre el At, arduo trabajo.
Saludos desde aqui¡

Alejandro dijo...

Me alegra saber la noticia, estoy a tu disposivción para lo que necesites. un abrazo

Marian41 dijo...

El A.T no sólo "pone el cuerpo" el cuerpo en la relación vincular que se genera con paciente; sino en las relaciones interistitucionales que atraviesan a esa persona y a sí mismo. (las Instituciones como sostenedoras de viejos paradigmas) y a las construcciones sociales ya establecidas...

Anónimo dijo...

Muchas gracias Alejandro Chevez por su contribución en esta área que, como lo mencionas hace mucho en la que se viene trabajando y aún hay mucho por hacer.
MI nombre es Virginia Díaz, soy lic. en Psicología y hace 9 años que me dedico a los acompañamientos, en los últimos años lo hago también como supervisora y co-coordinando diferentes equipos. En este aspecto lo hago desde la transmisión de experiencias y como formación porque es un campo muy vasto y no siempre las formaciones que se brindan son pertinentes, en Argentina, lamentablemente, prosperan ciertos lugares de formación donde la ética deja bastante que desear y se piensa en el AT como un grna negocio y no como lo que implica en su esencia: un servicio a otro en cuanto a su salud mental.

Alejandro dijo...

Muchas gracias por vuestros comentarios y participar en el blog, en la Asociación Pasos estamos trabajando mucho con talleres vivenciales, en la linea de la Fundación Sistere en Argentina, la experiencia vivencial y la resolución de conflicto trabajado desde la espontaneidad del acto esta dando lugar a muchas reflexiones interesantes sobre las alternativas que se juegan en la escena del acompañamiento.
Intentamos superar el dilema "herramientas para hacer" (tecnicas estandar, protocolos, guias) y "herramientas para pensar" (conceptuales, post reflexivas) mediante el trabajo vivencial en donde la espontáneidad (prereflexiva) puede misturarse con el analisis crítico grupal. De esta forma podemos trabajar el vínculo, no solo como herramienta teorica "fuera" de los ats, sino como modalidades vinculares de los at que producen efectos en el at. Esto exige tiempo y compromiso, y por supuesto no es muy rentable, pero es la manera que consideramos que debe encararse la formación del acompañamiento terapéutico. Un abrazo

Unknown dijo...

Alejandro, soy de Entre Ríos, Argentina. Estoy finalizando mi transito por la Tecnicatura en AT y quiero realizar mi trabajo final desde una perspectiva sistemica del acompañamiento. Me esta costando mucho encontrar textos específicos, quisiera saber si podrías recomendar alguna lectura....desde ya muchas gracias! Julia.

Alejandro dijo...

Hola Maria Julia, no conozco textos que aborden el acompañamiento terapéutico desde una perspectiva exclusivamente sistémica, en "Acompañamiento Terapéutico en España" tenemos una visión mixta e inclusiva que quizás pueda interesarte. A mi personalmente me gustan mucho los textos de Isidoro Berenstein, Bateson y su Ecología de la Mente, y Watzlawick con el ya clásico Teoría de la Comunicación. Tambien tengo algun texto de Haley, Bergmann, y Fish.

Creo que en Argentina encontrarás muchos más textos específicos de lo que tenemos aqui en Madrid.

Esta claro que es un campo a desarrollar, te deseo mucha suerte en ese camino!
Saludos

Alejandro dijo...

Pobre Isidoro, me corrijo, me refiero a Marcos Berstein y los trabajos en los que intentaba realizar puentes epistemológicos entre el Psicoanálisis y la Sistémica.

Alejandro dijo...

Marian Sanchez, completamente de acuerdo contigo, el ambito interinstitucional abre el espacio a la dimensión política, que siendo fundamental en nuestro campo sigue siendo muy poco trabajada.