miércoles, 4 de octubre de 2017

Principios para una Filosofía del Acompañamiento Terapéutico



Para aquellos que buscan una síntesis del modelo de atención del Acompañamiento Terapéutico, pongo  a vuestra disposición un resumen que no intenta ser exhaustivo, pero sí al menos, contemplar los puntos más importantes que, a mi entender, definen las coordinadas de su intervención.

A esta recopilación me gusta llamarla “Filosofía del Acompañamiento Terapéutico” ya que son principios que en la práctica se imponen como axiomas que sin ellos, no podría afirmarse con toda seguridad que lo que se realiza allí es Acompañamiento Terapéutico. Algunos de ellos ya fueron expuestos en otro trabajo anterior (Acompañamiento Terapéutico en España, A. Chévez, 2012).

He agregado también, algunos puntos resultantes de nuestra investigación sobre Acompañamiento Terapéutico como grupo, estos ítems dan cuenta de la especificidad de nuestra concepción y el valor que damos a la reciprocidad y mutualidad a la hora de construir y concebir el vínculo terapéutico.

Principios para una Filosofía del Acompañamiento Terapéutico

  • El territorio del acompañamiento terapéutico es el vínculo, relación entre dos personas implicadas en un proceso de descubrimiento y redescubrimiento compartido sin la cual no hay acompañamiento posible. Éste se despliega en escenas (en tiempo presente) en el que se ponen en juego (se actualizan en la relación) roles psicosomáticos, psicodramáticos y sociales, procedentes de la historia relacional de cada uno y de sus grupos de procedencia.
  • El trabajo del acompañante terapéutico se basa en la acción in situ y no en la interpretación a posteriori, por lo que cobra importancia la capacidad dramática-vivencial de los acompañantes, es decir, la posibilidad de sostener una escena desde un rol asignado por el paciente. La supervisión le permite al equipo a modo de hipótesis, dilucidar la escena que se está dando con el fin para poder habitarla, sostenerla y transformarla.
  • La relación entre at y acompañado obtiene su legitimidad desde un tercer elemento denominado encuadre, que recoge tanto las condiciones contractuales, como los acuerdos tácitos e implícitos entre el acompañante, el acompañado y su entorno. El encuadre es el marco de referencia que da sentido a todas las intervenciones.
  • El AT se desenvuelve en lo cotidiano morada de los afectos y vínculos primitivos más intensos a partir de la cual desarrolla un estilo de intervención específico que consiste en intervenir sin interrumpir, adaptándose al marco referencial y la cadencia rutinaria de la vida cotidiana del acompañado.
  • El ámbito de intervención del AT es el de la intervención socio comunitaria y se encuadra dentro del Pensamiento Relacional
  • Un AT no trabaja solo, requiere de un Equipo que lo acompañe, un Coordinador que aporte una estructura normativa, y un Supervisor que pueda re-significar y re-conducir los elementos de la subjetividad de los acompañantes que puedan hacer obstáculo en la relación con el acompañado.
  • Las herramientas  del at son su cuerpo, la palabra y su capacidad de escucha al servicio del vínculo, así como su creatividad, el juego y habilidades personales técnicas y no técnicas. El at no trabaja desde su sentido común sino desde una espontaneidad trabajada.
  • El AT busca la subjetivación de la persona, restituyendo a partir de la escucha y la palabra, su condición de sujeto, evitando la alienación y la identificación a la enfermedad del discurso medico psiquiátrico.
  • Consideramos la relación acompañante/paciente como un grupo, el vínculo es el resultante la co-construcción que se produce entre ambos de forma recíproca y bajo un principio de mutualidad. Lo que suele denominarse acompañamiento individual, nosotros lo llamamos grupo diádico.
  • El Acompañante Terapéutico es un yo auxiliar que se desempeña en una escena terapéutica, y en donde su función es permitir que la escena siga fluyendo ocupando diferentes roles de forma espontánea y creativa.
  • El transcurso del acompañamiento terapéutico puede ser comprendido como una sucesión de escenas ordenadas por las matrices relacionales originadas entre el grupo acompañado, el grupo tratante y de la interacción entre ambos.
  •  La espontaneidad del Acompañante Terapéuticoes es entrenada mediante la formación técnica y la supervisión activa. Concepto y disposición personal son los elementos fundamentales a la hora de intervenir.
  • Desde un punto de vista técnico, el juego de roles es una estrategia fundamental en la intervención. Desatascar roles sedimentados, experimentar nuevas formas de relación a través de experiencias constructivas, y fundamentalmente ponerse en el lugar del otro, son la base del trabajo del día a día con los acompañados.

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