lunes, 16 de julio de 2012

Kenneth Gergen en España - Hospital de La Paz

“En el proceso relacional nos convertimos en personas”, decía el pasado lunes 9 de julio, Kenneth J. Gergen en un auditorio heterogéneo, convocado en el Hospital Universitario La Paz.

En una versión simplificada al extremo para el auditorio, intentó introducir en poco menos de cuatro horas, los elementos básicos del Construccionismo, línea teórica de la cual es uno de sus principales exponentes vivos. Dentro de sus acostumbrados auto ejemplos y referencias a la vida cotidiana, la obra de Gergen esconde profundas reflexiones filosóficas que se extienden como un manto que pretende subvertir la cultura del individualismo en la cual estamos inmersos y fundamentalmente los efectos de esta ideología en la práctica terapéutica y científica en el campo de la psicología.

Con toques que aluden a Friedrich Nietzsche, Jacques Derrida, Martin Heiddegger, Ludwig Josef J. Wittgenstein, Peter Berger y Thomas Luckmann, George Mead, Gregory Bateson y otros muchos grandes, desde el diálogo llano Gergen nos explica que la última unidad de análisis psicológica y sociocultural es la relación, la relación como estructura plural y compleja que actualiza cada vez, elementos culturales sostenidos por la acción y la repetición. Tanto el valor como el sentido están sujetos a esta relación creando una realidad compartida, el reto no es crear un mundo sin unidades, sino basados en la relación.

Su crítica a las terapias “únicas”, en tanto se considera que alguna puede ser “mejor” que otra, no tiene sentido para Gergen. Cada teoría aporta un lenguaje específico que añade herramientas a la hora de abordar al paciente. Disponer de más lenguajes permite por lo tanto una máxima flexibilidad a la hora de afrontar un tratamiento, y al mismo tiempo se evita construir un único tipo de paciente, dando lugar a una co-construcción del paciente y el profesional en la relación terapéutica, esto implica que los profesionales comprometerse en la construcción de sentidos que recrea su práctica, fomentando en sí mismos un espíritu científico joven, en palabras de Gastón Bachelard, aceptando la responsabilidad de imbuirse en una búsqueda intelectual continua, más allá de la mera aplicación técnica de herramientas “contrastadas” o de su propia experiencia sin más.

Cuando, en el libro editado por Editorial Grupo 5 Acompañamiento Terapéutico en España, nos referimos a la “metodología de lo cotidiano”, hablamos precisamente de esto, de dar lugar en un contexto cotidiano a una construcción de un terapeuta por fuera de la visión rígida y profesionalizada de teorías que pretenden ser “únicas”. En lo cotidiano lo que prima es la relación como proceso creativo, en la cual, como en la conformación de una obra teatral, ambos participantes son guionistas de la obra.

Precisamente en el seminario, Gergen afirmó que se puede teatralizar cada una de las relaciones, si no elegimos un único ser (una única forma de ser), se respeta la multiplicidad subyacente en todas las relaciones sociales.

Gergen plantea una práctica dirigida a crear espacios de diálogos alternativos, que no estén centrados en la patología, ni siquiera en los parámetros habituales sobre los cuales se suelen sustentar las terapias actuales. Creando nuevos contextos, por ejemplo en el marco de un tratamiento familiar, se da la posibilidad a los participantes para que puedan  co-construirse de una forma diferente, dando lugar a nuevas narrativas mucho más sanas y útiles para la recuperación.

Desde un punto de vista más crítico, se podría decir que el foro no fue el más idóneo para desarrollar la aplicación práctica de sus planteamientos, dado que las preguntas iban en ese sentido. Al realizar Gergen un planteo bastante generalista de su teoría, el paso a lo concreto careció de los puentes que permitieran dar el salto de lo abstracto a lo real. Aun así aportó experiencias concretas con grupos en conflicto y familias, así como sus ya habituales experiencias personales a las que nos tiene acostumbrados en sus libros.

En conclusión, según afirmó el propio Gergen, se podría hablar de una forma de Tratamiento relacional multifrénico, que considere las posibilidades de todas las relaciones en juego, donde el terapeuta disponga de la habilidad de pasar de una a otra en función del contexto, lo cual le permitiría utilizar para su fin, diferentes contextos (individual, grupal, consulta, domicilio, comunidad…) estilos relacionales (directivos, no directivos, autoritarios, laissez faire…), y diferentes lenguajes teóricos (conductual, psicoanalítico, gestáltico..) para, dejando de lado el problema ontológico sobre la verdad, poder establecer modalidades de relación más sanas y útiles para que el paciente pueda desplegarlas en su propio contexto.

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