Cada tipo de intervención requiere una posición estratégica y táctica del profesional que determina el tipo de apoyo que realizará, es conveniente saber qué estrategia se utilizará en cada situación, para ello he dividido el acompañamiento en líneas de intervención. Si bien, no son necesariamente excluyentes, los tres modos de acompañamiento podrían ser: sociales, comunitarios y terapéuticos, que a su vez podrán ser individuales o grupales, puntuales o regulares, de menor o mayor intensidad. En todos ellos el usuario será el eje de la intervención, el profesional ocupará un rol auxiliar priorizando el vínculo y una metodología de lo cotidiano, permitiendo que el usuario despliegue todo su potencial, con la seguridad de la compañía del profesional.
Veamos los tres tipos de acompañamiento:
X Acompañamiento social: Surge de la mano de Mary Rischmond y sus visitadoras neoyorkinas, como acto fundacional del Trabajo Social Comunitario. Contempla el asesoramiento y apoyo a la gestión a
través del acompañamiento a recursos (centros de salud, servicios sociales,
asociaciones) que faciliten la integración y tiendan a que la persona tenga las mismas oportunidades que los demás. No solo se trabaja solamente el acercamiento al recurso, sino
también, el acompañamiento durante todo el proceso. Incluye: acompañamiento a
citas médicas, psiquiátricas, judiciales, etc. Suele ser individual y de una
intensidad baja. Mantiene una base asistencialista basada en equiparar las posibilidades del individuo al resto, mediante la consecución de ayudas y facilidades económicas, materiales o técnicas.
X
Acompañamiento comunitario: Su origen es difuso, y se encuentran diferentes prácticas agrupadas con ese nombre. Si bien el que pareciera ser el más ajustado es el que refiere a una metodología de intervención sobre comunidades carenciadas en donde, tratando la comunidad como un todo se interviene sobre sus diferentes carencias, es decir, que el acompañamiento se realiza a toda la comunidad y no al sujeto individual. Otro tipo de acompañamiento comunitario, este desde una perspectiva psicoeducacional, consiste en la realización, junto con un sujeto o un grupo, de actividades
cotidianas en el ámbito comunitario, siendo facilitador de situaciones la
interacción social y de integración con su comunidad. Mantiene como objetivo la
normalización y la rehabilitación desde con un matiz pedagogicista. Dentro de este tipo estarían incluidos todos
aquellos acompañamientos en el domicilio y en el entorno, relacionados con el entrenamiento de actividades para la vida diaria (AVDs) básicas e
instrumentales, los programas de habilidades sociales, y el acompañamiento a eventos deportivos, artísticos y
culturales. Puede realizarse de forma individual o grupal y tener una
intensidad media o baja.
X Acompañamiento Terapéutico: Surge en Argentina a finales de los sesenta, y rápidamente se extiende a Brasil. Es una
metodología proveniente de la clínica, que se desarrolla en lo cotidiano y cuyo objetivo es la intervención sobre
el vínculo con el usuario y los conflictos subjetivos que se desprenden de ésta
relación. Desde un modelo relacional psicodinámico, sistémico y social, está
constituido por una serie de técnicas centradas en el tratamiento del discurso,
el cuerpo y las emociones. Si bien la metodología del acompañamiento
terapéutico puede utilizarse en casi cualquier tipo de acompañamiento, suele
asociársela a las tareas de contención, vinculación y enganche, control
de las emociones, superación de situaciones estresantes o desconocidas y apoyo
a la elaboración de conflictos psíquicos. Puede realizarse de forma individual
o grupal y tener una intensidad media o alta.
Si tenéis más información sobre el acompañamiento social o el acompañamiento comunitario, o queréis hacer algun comentario, enviarlo a la Asociacion Pasos: asociacion.pasos@gmail.com
Saludos
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