lunes, 3 de octubre de 2011

II Jornadas de Salud Mental Afaem Despertar “Trat. Asertivo Comunitario, Acompañamiento Terapéutico, Equipos de Apoyo Sociomunitario”


Con un golpe, es como se manifiesta realidad en el pensamiento, la tendencia del pensamiento de justificarse y argumentarse a sí mismo, permite, si las condiciones son propicias, vivir en un pseudo-mundo paralelo, sin contrastar la propia actividad con el contexto.
Un golpe de contexto, puede ser, si me permiten, lo que significaron las ponencias de del 28 y 29 de septiembre en Toledo, con la benemérita participación de importantes representantes del tratamiento asertivo comunitario (TAC), del equipo de apoyo social comunitario, y del acompañamiento terapéutico (AT).
Los compañeros del Tac, Juan José Jambrina a la cabeza, sin desmerecer a los excelentes ponentes de Vizcaya y el de Albacete (más alineado con el modelo de Gestión de Casos), volvieron producto de la crisis, y según me consta, muy a su pesar, al discurso economicista, aunque no solo trasmitieron: “nuestro trabajo vale”, sino que además dijeron cuánto vale: 380.000€, mucho menos que el coste de una cama  en un hospital privado de Madrid, como las que se plana abrir en breve.
Escuchamos a los compañeros Psiquiatras (compañeros de trabajo en la intervención socio comunitaria) defender la importancia de atravesar las puertas de los hospitales para llegar a las casas de las personas que necesitan atención especializada, escuchamos hablar de subjetividad, de afecto, de relaciones personales, que en los oídos de los familiares presentes retumbó como amor, cariño y cuidado por sus hijos. La defensa a ultranza Nel Anxelu González Zapico, Presidente de Asociación de familiares y personas con enfermedad mental de Asturias (AFESA), debería indicarnos a quienes luchamos en Madrid, quienes son los apoyos que podría echarnos una mano a la hora de defender nuestro trabajo. Está claro que se necesita más gente como él, que trasmita con pasión, elocuencia y claridad, el beneficio que la intervención socio comunitaria representa para los familiares de la asociación.
Al día siguiente, cuando parecía que todo estaba dicho, el Equipo de Apoyo de Fuenlabrada representados por Octavio Finol y Héctor Luna, y el EASC Latina, representado por Ofelia Ramos Fuentenebro y Víctor Hernández Olmedo, volvieron a la carga, dejando claro que aquí, en este lugar, no solo estábamos contando lo que hacíamos, sino que, en un foro de pacientes, familiares y profesionales estábamos sembrando la semilla de una necesidad: humanizar el tratamiento en Salud Mental, y también estábamos diciendo como hacerlo. ¿Cómo?: Con amor, con implicación y compromiso. Allí se dijo que trabajar con usuarios en el medio comunitario es crear un vínculo, que sin vínculo no hay trabajo posible, y que un vinculo es una frágil flor que debe cuidarse por sobre todas las cosas, y nuevamente las familias y pacientes un tanto incrédulos aplaudieron con esperanza estas presentaciones, como si se tratara de una repuesta muda a un dolor contenido durante mucho tiempo.
A veces en nuestro trabajo, sin darnos cuenta, por el ensimismamiento propio de la urgencia, de las múltiples demandas que tramitan los equipos prácticamente solos, corremos el riesgo de caer en la burocratización de un trabajo eliminando todo componente artístico (lo que metodológicamente se llama: táctica).
Es verdad, debemos medir, debemos mostrar al mundo con números la eficacia de nuestro trabajo. Pero en ningún momento podemos perder el norte, y considerar al usuario como a un objeto que hay que trasladar de un recurso a otro. Estoy absolutamente convencido, de que todos los equipos trabajan mejor de lo que demuestran.

Como no podía ser de otra forma, el Acompañamiento Terapéutico, estuvo allí, un poco nos tocó el lugar del que llega tarde y dice “eso ya lo dijimos hace tiempo”. Pero eso no basta, desde el acompañamiento terapéutico aportamos herramientas para el trabajo diario de los profesionales, pero también cargamos la deuda de una exposición basada en la evidencia para subir el escalón que nos falta, que es el de ser considerados a la par con otras disciplinas como el  TAC reconocida mundialmente. Ciertamente, por su idiosincrasia el acompañamiento terapéutico se resiste a su institucionalización, y esa es una decisión que antes o después, tendremos que tomar entre todos. De momento 30.000 casos escritos presentados en diferentes foros nos avalan.
Para que este camino que estamos creando, el camino de la intervención socio comunitaria, continúe, no basta con que nosotros sepamos que lo hacemos bien, es necesario comprometernos con la trasmisión y sensibilización de nuestro trabajo en todos los estamentos. Los familiares lo necesitan, las personas especiales a las que atendemos lo necesitan, y siendo sinceros, nosotros también lo necesitamos.
Al menos ahora, hay alguien que os escucha.
Fuerza equipos!!!

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