martes, 4 de junio de 2013

Fragmento de "Conocimiento común, conocimiento científico", de Gaston Bachelard




"El carácter indirecto de las determinaciones de lo real científico nos coloca ya en un reino epistemológico nuevo. Por ejemplo, en tanto que para un espíritu positivista se trataba de determinar los pesos atómicos, la técnica de la balanza —muy precisa, sin duda— bastaba. 

Pero cuando en el siglo XX se separan los isótopos, resulta necesaria una técnica indirecta. Es espectroscopio de masa, indispensable para esta técnica, se funda en la acción de los campos eléctricos y magnéticos. Comparado con la balanza es un instrumento que bien puede ser calificado de indirecto. La ciencia de Lavoiser, que se funda en el positivismo de la balanza, está en relación continua con los aspectos inmediatos de la experiencia usual. No ocurre lo mismo cuando al electricismo se le agrega el materialismo. Los fenómenos eléctricos de los átomos están ocultos. Es preciso instrumentarlos en un conjunto de aparatos que en la vida común no tiene significación directa. En la química de Lavoiser el cloruro de sodio se pesa como en la vida común se pesa la sal de cocina. Las condiciones de precisión científica, en la química positivista, no hacen más que acentuar las condiciones de precisión comercial. De una precisión a la otra, no se cambia la idea de medida. Asimismo, si la posición de la aguja fijada al astil de la balanza es leída con un microscopio, no se abandona por ello la idea de un equilibrio, de una identidad de masa, aplicación muy simple del principio de identidad, tan sencillamente fundamentalmente para el conocimiento común. En lo que concierne al espectroscopio de masa, nos hallamos en plena epistemología discursiva. Es necesario un largo circuito por la ciencia teórica para comprender sus antecedentes. 

De hecho, los antecedentes son aquí resultados".

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